Introducción

La sociedad, a lo largo de casi un año de confinamiento, ha experimentado cambios, y, sobre todo, una serie de «conjugaciones», donde problemáticas sociales se articulan, con gran acento, por el encierro y el contexto en su generalidad. La universidad en todas sus latitudes —caso que compete aquí— es un ejemplo, pues ha sido síntoma, ahora indudable, de lo que previamente ya estaba sucediendo, pero que no se distinguía con claridad. 

Apuro por solventar la educación a la distancia (no siempre efectiva); dificultad de promover la cultura; difícil relación y entendimiento entre usuarios y tecnologías de información y comunicación; nuevas formas de violencia acaecidas en materia de género, estratos sociales; nuevos protocolos para dar resolución; solidaridades; nuevas formas de vínculos para cohesionar esta realidad imperante, se tratan todos de nuevos panoramas definidos por las voces de actores académicos. La problemática de género, como estandarte entre estas preocupaciones, es concentrada por suceder en un ambiente inmediato: el hogar.

María Sondereguer, Universidad Nacional de Quilmes (Argentina) 

La Universidad de Quilmes es significativa porque es una institución que, desde sus inicios, tiene implementado un sistema virtual para solventar las necesidades del alumnado. Y no sólo eso, sino que resulta mayor su influencia porque su implementación ocurre desde los años noventa.

No obstante, y como sucede en cualquier organización donde confluyen la acción social y sus contiendas políticas en diferentes niveles, existe la tensión entre la igualdad de género y los riesgos que puedan impedirla. Gracias a esto, esta institución está fuertemente activa con un centro de derechos humanos.  

Nuestro contexto actual posiciona la «ciberviolencia» en un primer plano y la Universidad se ve ofuscada, pero no derrotada.   Producto de esta actividad, crea un protocolo en contra de la violencia de género desde el año 2016; y con gran importancia, desde 2011, establece una extensión educativa de género para las estudiantes y los estudiantes de todas las áreas formativas. Ver entrevista

Lourdes Castellanos, Universidad Veracruzana (México) 

Los efectos pandémicos se han extendido en el año, tambaleando la estabilidad administrativa y académica. La Universidad Veracruzana lleva a cabo la formación educativa de las y los estudiantes por medio de Eminus: una plataforma digital que sirve como herramienta para el aprendizaje, la gestión de contenidos, y la comunicación entre estudiantes y académicos. 

Consecuente a la implantación de esta modalidad de estudio, la Universidad se ve enfrentada a un problema: un gran número de docentes, por lo menos en el sistema de universidad abierta, es gente de edad avanzada. Esto, desafortunadamente, ha ocasionado dificultades técnicas para aprovechar Eminus. Más allá de esta cuestión inicial, la plataforma ha ayudado a las y los estudiantes de la UV. Además, otorga seguridad jurídica para todas y todos, pues es exclusiva del matriculado.

En el caso concreto de la equidad de género, la Universidad tiene un protocolo para solventar adversidades. Además, se preocupa por formar masculinidades que permitan una sana acción social, No obstante, es preciso detallar los escenarios, como una situación a considerar dirigida a la comunidad LGBT+.

Entrevista a Elvia del Pliego González Dorantes, Universidad Iberoamericana (México) 

Elvia del Pliego González Dorantes, coordinadora del Programa de Asuntos de Género e Inclusión de la IBERO, ha sufrido los estragos de la virtualidad sobre su actividad como docente: es frecuente el malestar corporal por estar mucho tiempo frente al monitor de la computadora. 

En el caso de su Universidad, la actividad académica se ha visto forzada a acoplarse con las nuevas formas de educación: se ha capacitado a los docentes y han dado seguimiento oportuno para las y los estudiantes.

La institución tampoco ha sido desprovista de problemas de género, y con mayor énfasis en la violencia contra la mujer. Resultado de esto, se ha estimado la hondura de este problema: con encuestas, un diagnóstico que hizo una empresa externa, quejas formales realizadas a lo largo de algunos años y “Cuelga tu abusador”. Con estos parámetros, se miden los departamentos con mayores incidencias y es un deber asistir a un programa de formación de género.

Entrevista a Lorena Zambrano, independiente (Bolivia)  

Lorena Zambrano trabajaba como Jefa de Responsabilidad Social Universitaria de la Universidad Tecnológica Privada de Santa Cruz. Lamentablemente, y después de muchos años de servicio, fue desprovista de su cargo, debido  a la actual pandemia. Antes de ello, y al inicio de la problemática mundial, organizó un ciclo de conversatorios con gente especializada para esclarecer el advenimiento de malestares que recaerían sobre la universidad y la sociedad boliviana. 

Ella hace hincapié en que las empresas e instituciones sopesen, en mayor medida, y sobre todo en estos tiempos de crisis, el valor de la igualdad de género.

A pesar de que la pandemia ha afectado su vida laboral, Lorena se mantiene positiva al distinguir el valor de las cosas primigenias de nuestra sociedad: la familia, la salud y el proceso educativo.

Entrevista a Ángela Zapata, Instituto Tecnológico de Antioquia (Colombia) 

Explica, Ángela Zapata,  que el Instituto Tecnológico de Antioquia, donde ella es docente, actuó con eficacia al inicio de la pandemia, implementando la educación virtualizada. 

Declara que el Tecnológico aún no cuenta con una oficina de género, pero que se solventa con una política de inclusión y diversidad para las acciones de bienestar. También la institución ha implementado varias acciones como semilleros para paternidades, inclusión de una materia para género e interculturalidad, cátedras de género, entre otras. No obstante, piensa que pueden llevar a cabo acciones más precisas.

A lo anterior, Ángela realiza actividades extraacadémicas para la ayuda social. A través de su programa de radio «Violeta y las Mariposas: Feminismo, las mujeres y sus derechos», instruye y ayuda a mujeres —ya no sólo mujeres universitarias, sino a todas las mujeres en general— que sufren violencia en el contexto del confinamiento. La denuncia y ayuda provienen directamente de las voces de estas mujeres. Así, pues, Ángela quiere propiciar, con su programa, la atención y la prevención de la violencia para las mujeres.